Qué visitar

Castillos

En Montemayor existen dos castillos: el Castillo de Dos Hermanas y el Castillo Ducal de Frías.

Castillo ducal de Frías

Se eleva desde el siglo XIV en lo más alto de la villa rodeado de verdes y frondosas arboledas. Constituye uno de los mejores ejemplos de arquitectura militar de la provincia de Córdoba.

En el 1340, se comienzan las tareas de repoblación y construcción de este emblemático castillo bajo las órdenes de Martín Alfonso de Córdoba sobre un antiguo castro íbero, cuando éste trasladó la antigua Dos Hermanas al actual Montemayor, por ser un cerro más alto y seguro contra los ataques árabes. Pronto se convirtió en el núcleo fundacional del asentamiento. La primitiva fortaleza del siglo XIV se convertiría posteriormente en residencia señorial. El castillo fue construido en gran parte con materiales y restos de la antigua Vlia. Además, fue objeto de sucesivas ampliaciones y reformas, que le dan su aspecto actual.

Consta de tres torres en disposición triangular en torno a un patio de armas, cuyos nombres son Mocha, de las Palomas y del Homenaje. Esta última es la de mayor altura (unos 20 metros), la más hermosa de las tres, y en cuya culminación hay almenas y cuatro garitas, una en cada esquina. A gran altura presenta pares de ventanas con arcos de herradura de bajo alfiz. La Torre de las Palomas es también de gran envergadura mientras la Torre Mocha carece de almenas, siendo ésta de origen romano.

Hasta 1987, el castillo albergó el tercer archivo nobiliario en importancia de España, siendo trasladado a diferentes sedes nacionales, en compensación por el pago del impuesto de Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados, tras la muerte del Duque de Frías. Esta fortaleza se halla en magnífico estado de conservación y es una de las más bellas obras de la arquitectura militar. Lo rodea El Mirador de la Campiña, lugar hermoso para recrearse con las vistas que ofrece.

El Castillo es propiedad de Doña Concepción de Silva y Azlor de Aragón y está declarado Bien de Interés Cultural.

Actualmente no se puede visitar por tener la propietaria dispensada la obligación de abrir al público una vez al mes, recogida en la Ley de Patrimonio Histórico de Andalucía, concedida por la Delegación de Cultura en Córdoba de la Junta de Andalucía.

Castillo ducal de Frías

Castillo de dos hermanas

Castillo de dos hermanas

Antigua fortaleza musulmana localizada a unos 6,5 km de la población, por la carretera comarcal denominada De la Estación. Se alza sobre una pequeña elevación del terreno junto al Arroyo Carchena. De planta cuadrangular, con torres en sus esquinas, se encuentra en estado de ruina. Quedan restos del perímetro amurallado y de algunas torres, así como evidencias de poblamiento rural de época romana.

En cuanto al significado del apelativo Dos Hermanas, se ha especulado sobre varias hipótesis, entre las cuales se destacan las siguientes por ser las más significativas. La primera de ellas, defiende que puede tratarse de dos cerros próximos, de semejantes características, que perteneciesen a dos hermanas. Otra de las hipótesis formula la existencia de dos castillos próximos con significado semejante, Soricaria y Soricia, las dos villas (casas palaciegas romanas) descritas por Quinto Hircio en el Bellum Hispaniae. Se ha querido identificar a Dos Hermanas, como se ha mencionado anteriormente, con la antigua Soricaria o Soricia, y también se ha pretendido localizar por estas tierras las incursiones y el pillaje de un aliado del rebelde musulmán Ibn Hafsun, llamado Servando, que cayó en una emboscada tendida por la caballería del emir Abd Allah.

El Castillo de Dos Hermanas probablemente debió ser una de las veintisiete fortalezas entregadas por los musulmanes a Fernando III el Santo, cuando se produce la conquista de Córdoba, pues no se debe olvidar que también la civilización árabe se instaló y expandió por los dominios del actual Montemayor, antes y después del Califato de Córdoba (939).

Iglesia y ermitas

En Montemayor existe una iglesia que es la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción y tenemos también cuatro ermitas: la Ermita de Jesús Nazareno, la Ermita de San José, la Ermita de San Sebastián y la Ermita de la Vera Cruz.

Parroquia de la Asunción

La parroquia fue creada en 1515. Se aprovecharon diversos materiales de construcción y, sobre todo, los fustes de las columnas, que son todos romanos. El templo es de estilo gótico-mudéjar, barroco. Consta de tres naves, sus trazas responden a las características de la arquitectura renacentista de fines del siglo XVI, fecha a la que responde el núcleo original, y al que se irán añadiendo nuevas capillas, sobre todo, en el siglo XVIII.

El templo posee dos portadas, la principal, con una hornacina que alberga la imagen en piedra de la Inmaculada y la segunda portada, de menor importancia, en la que se puede observar un primitivo reloj de sol.

En la capilla mayor se levanta un magnífico retablo de estilo renacentista, fue encargado en 1631 al escultor cordobés Pedro Freire Ladrón de Guevara, terminándose en 1651 y lo preside en una hornacina central, la imagen de San Acacio, Patrón de Montemayor.

En la nave derecha destaca la capilla del Sagrario, considerada como la primera de la serie de capillas sacramentales que se levantarán en el siglo XVIII en Córdoba. Tanto las trazas como las yeserías y el retablo se deben a Gaspar Lorenzo de los Cobos, que trabajó en ellas desde 1719. En el brazo izquierdo del crucero, se halla ubicada la capilla de los Duques de Frías, realizada por Gaspar Lorenzo de los Cobos hacia 1730. Su traza barroca consta de un pequeño banco y un único cuerpo con hornacinas abocinadas, flanqueada por estípites y rematada por el escudo Ducal de Frías. Mención especial merece la pila bautismal, tallada en piedra de una sola pieza de estilo plateresco, realizada en 1539.

Dentro de la capilla de la Inmaculada Concepción alberga el Museo de la Plata, el cual exhibe una excelente colección de orfebrería. Se trata de un abundante ajuar litúrgico formado por piezas de destacada calidad, entre las cuales se puede señalar dos cruces parroquiales del siglo XVII, además de varias piezas del reconocido orfebre cordobés Damián de Castro, que se fechan entre 1769 y 1777.

Parroquia de la Asunción

Ermita de Jesús Nazareno

Su construcción data del 1610. Tiene una edificación mudéjar con techumbres de madera. Su estado ruinoso debido al terremoto de Lisboa en 1755, hizo que se reconstruyera desde los cimientos en el 1766, gracias a Juan de Luque Granados y Grecia (importante personalidad de la época en Montemayor) que costeó la reconstrucción de la Ermita de Jesús Nazareno, así como los retablos y la capilla parroquial del Cristo de la Columna que se pueden contemplar en la actualidad.

La capilla mayor se cubre con bóveda de media naranja sobre pechina, decorada con pequeños tondos en los que se representan los Evangelistas. El retablo de la ermita se divide horizontalmente en banco, cuerpo principal y coronamiento. Es de madera tallada y dorada sobre fondo verde oscuro. En el retablo se contempla la imagen de Jesús Nazareno, obra actual del escultor cordobés Juan Martínez Cerillo, que lo hizo en 1937, y a los lados, las imágenes de San Juan y la Verónica. En un lateral se encuentra el retablo de Ntra. Sra. de los Dolores, realizado en madera tallada sobre fondo oscuro. Esta imagen data de principios del siglo XVIII y parece proceder de la escuela granadina.

En ella tiene su sede la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, que cuenta con más de cuatrocientos hermanos.

Ermita de san José

La Ermita de San José se encuentra a cierta distancia de la población. Fue edificada entre 1696 y 1700 siguiendo la arquitectura mudéjar. El templo consta de única nave dividida en tres tramos y cabecera rectangular. La portada de la ermita se protege con un pórtico con arcos de medio punto sobre pilares.

El retablo mayor perteneciente a la estética rococó, predominante en la segunda mitad del siglo XVIII, presenta una estructura muy plana, de madera dorada, con abundante decoración y presidida por la imagen de San José del siglo XVIII. En su interior también podemos encontrar la imagen de San Isidro Labrador muy venerada en la localidad, y de ella parte la romería del 15 de mayo. El pueblo siente una particular devoción hacia este templo.

Ermita de san Sebastián

La Ermita de San Sebastián es una pequeña construcción que se remonta al siglo XVI. Está situada al final de la calle San Sebastián. Se trata de una pequeña y sencilla construcción de planta rectangular, cubierta con techumbre de madera a dos aguas. Se accede por una puerta de medio punto enmarcada entre pilastras. Su portada se remata con una pequeña espadaña de ladrillo.

En su interior, en el lado derecho del altar mayor, se puede admirar la imagen de San Sebastián, protector contra las epidemias y la peste, posiblemente dieciochesca. Es una talla de un metro de altura y se presenta en el momento de su martirio, amarrado del brazo izquierdo a la rama de un árbol, sobre cuyo tronco apoya su espada. Atravesado el pecho por una saeta, cubre su desnudez por un paño de pureza de quebrados pliegues.

Ermita de la Vera Cruz

Se sitúa al Norte de la población, en unas de sus entradas. Su construcción data de la segunda mitad del XVI. Es la ermita más antigua, donde reside la Cofradía de la Vera Cruz (la cofradía cuenta con más de quinientos hermanos). Siguiendo el típico esquema de la arquitectura mudéjar, se compone de una larga nave y cabecera cuadrada, separadas ambas por un robusto arco de medio punto con macizos machones.

El retablo mayor, se reduce a un mero marco de la boca del camarín ordenado por medio de dos columnas de orden toscano, sobre pedestal, culminadas por primas y floreros de talla. Es obra de finales del siglo XVIII. En el camarín interior, se veneran las imágenes de la Virgen de la Candelaria, que cada Semana Santa procesiona con el título de Soledad, y San José, una interesante y elegante talla de finales del seiscientos, y relacionable con la escuela sevillana. En el presbiterio está ubicado el Crucificado del siglo XVI de notable calidad artística, perteneciente a la corriente expresionista. La talla del Cristo Amarrado a la Columna pertenece al siglo XVII, al igual que la Virgen de la Candelaria.

Los exteriores de la ermita son sencillos. Tan solo destaca, a los pies de la portada principal, un arco de ingreso de medio punto flanqueado por pilastras toscanas, sobre las cuales monta un entablamento con frontón partido, dando cabida a una pequeña hornacina. En su lateral, se alza una pequeña espadaña, datada del siglo XVII.

Geolocalización de las ermitas

Ermita de Jesús Nazareno

Ermita de san José

Ermita de san Sebastián

Ermita de la Vera Cruz

Mvseo de Vlía

http://museovlia.es/

Historia:

Fue creado 1971 por el párroco don Pablo Moyano Llamas. En él se recogen muchísimos objetos donados por los hijos de Montemayor, o descubiertos por su fundador en el término. En sus vitrinas se conservan monedas, puntas de lanzas, anillos, lacrimales, hebillas, colgantes, objetos sumamente curiosos como lo puede ser un racimo de uvas, pequeñas vasijas, lámparas de barro, hierros, hachas de piedra y ruedas de molinos romanos. Lo mejor del museoson sus esculturas, algunas de gran belleza, como La Dama de Montemayor, el león y un Sátiro con su piel de cabra. Hay restos de cerámicas ibéricas y un trozo de plato campaniforme. Más de cuatro mil años de historia se guardan entre sus muros.

Nuevas instalaciones

Museo Arqueológico de Ulia 4

Las nuevas instalaciones del Museo Arqueológico de Vlia, que se inauguraron el 22 de julio de 2013, se ubican en la planta baja de la actual Casa de la Cultura de Montemayor, un edificio construido a mediados del siglo XX, cuyos usos han variado a lo largo del tiempo. En el espacio ocupado por el actual museo se situaron anteriormente unas escuelas de primaria y más recientemente un Hogar del Pensionista. Los fondos del museo de Vlia proceden de la unión de dos colecciones: la que en su día auspiciara el párroco D. Pablo Moyano, de la que es titular la Diócesis de Córdoba, y la coleccción municipal. Ambas se configuraron a partir de donaciones desinteresadas de los vecinos/as de Montemayor. La mayoría de los restos han aparecido en el pueblo de Montemayor y su entorno más inmediato, por lo que son la muestra de la grandeza que este pueblo tuvo en la antigüedad. Montemayor se identifica tradicionalmente con la ciudad iberorromana de Vlia, una importante ciudad ibérica amurallada (opidum) que durante la ocupación romana juega un papel importante al convertirse en varias ocasiones en refugio inexpugnable en conflictos y enfrentamientos. De hecho Vlia es citada por numerosas fuentes de la antigüedad (AuloHircio, De BellumAlexandrinum, De Bello Civile, Plinio o Estrabón). Entre los enfrentamientos destaca el episodio que tiene como escenario la Guerra Civil entre César y los hijos de Pompeyo, en el que César libera a Vlia, su fiel aliada, del férreo sitio al que la estaba sometiendo Cneo Pompeyo.

Museo nuevas instalaciones

Sala I

En la Sala I se muestra una evolución histórica desde la Prehistoria hasta la fundación del municipio romano. Entre los restos prehistóricos encontramos una pequeña muestra de material lítico, desde los utensilios más antiguos, como cantos y lascas trabajadas, hasta otros más perfeccionados y recientes, como las puntas de flecha de sílex. También se exponen diversos materiales del Bronce Final, como hachas y puntas de flecha.

De época ibérica encontramos una de las piezas más excepcionales, una cabeza de caballo de una gran belleza plástica. De esta época aparecen en las paredes del pueblo una gran cantidad de material cerámico, quizá prueba de ese opidum que debía ubicarse debajo del actual municipio.

Durante la República romana tienen lugar los enfrentamientos bélicos a las puertas de la propia ciudad y prueba de ello son los restos aparecidos, como bolaños de piedra, proyectiles de plomo que se lanzaban con hondas y algunos restos de armamento, como las puntas de hierro de las lanzas romanas o pillum. Para facilitar la comprensión del acontecimiento bélico, concretamente el asedio que sufrió la ciudad, se ha elaborado una maqueta didáctica que muestra la variada maquinaria bélica empleada por los romanos para asediar una ciudad. A comienzos del Imperio la ciudad recibe el estatus de municipio romano y seguramente se monumentaliza, adoptando todos los rasgos urbanísticos de una ciudad romana, con edificios públicos como el foro, las termas, el templo, la curia, el macellum, etc.

Prueba de este funcionamiento urbano son las inscripciones que se pueden contemplar en esta sala, referidas a cargos municipales ejercidos por gobernantes locales o dedicaciones que realizan los ulienses en forma de altar, estatuas o monumentos. Igualmente destacan los conjuntos escultóricos propios de las ciudades romanas, destacando el retrato de un personaje de la familia Julio-Claudia.

Museo Arqueológico de Ulia 3

Sala II

Museo sala II

Recreación de una villa

La sala II se centra en el mundo rural, dedicando un apartado especial a la economía y el mundo funerario. Los materiales recuperados proceden de dos yacimientos muy cercanos al pueblo: El Cañuelo y La Zargadilla, y evidencian lo que pudo ser la ubicación de villas suburbanas de propietarios muy ricos.

La suntuosidad de estas villas se pone de manifiesto por la gran cantidad de mármoles, estucos, mosaicos y esculturas aparecidas en ellas en forma de hallazgo casual. Sus ricos materiales nos hablan de un esplendor inusitado, y de familias muy poderosas. Tal vez pertenecieran a algunas de las familias conocidas afincadas en Vlia, como los FabiiFabiani o los AeliiOptati, que hicieron fortuna con el comercio de aceite, el preciado oro líquido que se exportaba desde la Bética hasta la misma Roma, la capital del Imperio. Para recrear el ambiente de una villa de lujo, se ha decorado una de las paredes de la sala con una reproducción de la pintura de la Villa de los Misterios, de Pompeya (Nápoles). Y para ayudar a comprender qué era realmente una villa se ha confeccionado una maqueta que representa una villa idealizada con susdistintas partes, basada en la Villa de Boscoreale de Pompeya (Nápoles).

En la sala, podemos contemplar una buena representación de delicadas esculturas, como la “Venus de Montemayor”, o el “León de la Zargadilla”, probablemente piezas de importación.

Patrimonio natural

En nuestra localidad puede disfutar de escapadas al aire libre en los siguientes espacios naturales: el Cerro de la Alcoba, el Manchón de los Navarros y la Ruta de las Fuentes.

Cerro de la Alcoba

El Cerro de la Alcoba, es un espacio natural, al que se accede por la Carretera de la Estación. Está situado justo en la parte trasera del polideportivo y piscina municipal.

En este emplazamiento se localizó una necrópolis de la época íbera. De este cerro proceden fabulosos ejemplares de la época, que hoy pueden encontrarse en el Mvseo de Vlia, como un hacha de bronce, fíbulas, cabeza de caballo, trozos de cerámicas y trocitos de piedras de sílex (que servían para hacer las incisiones en las vasijas íberas). También se hallaron algunos restos humanos.

Además es un espléndido cerro del cual se extrajo en el pasado material para la construcción de caminos y carreteras. Hoy en día, tras quedar prohibida la extracción de material, el Cerro de la Alcoba ha sido reforestado con múltiples especies forestales y arbóreas. Estas tareas de reforestación lo han convertido en un precioso paraje natural con gran valor geológico y paisajístico, en el que se practica senderismo, además de deportes varios como son motocross, bicicleta, atletismo o carreras de galgos. El Ayuntamiento de Montemayor organiza todos los años múltiples actividades en este paraje como la acampada nocturna. Hay que resaltar el fantástico mirador que posee desde el cual se vislumbra el Castillo de Martín Alonso y todo el pueblo a sus pies.

Se localiza otra importante necrópolis en el Cerro de la Horca, dentro del término municipal. Otros lugares arqueológicos típicamente romanos en Montemayor son La Sargadilla, Los Pilones, El Cañuelo y La Huerta de la Cazeria. Muchos nobles patricios se instalan en la famosa Vlia o en sus campos fecundos y construyen villas donde no faltaba un detalle. Hoy, a más de 2.000 años de distancia, las esculturas, las vasijas, los restos de columnas, monedas o utensilios son un testimonio espléndido de aquella perdida grandeza.

Cerro de la Alcoba

Manchón de los Navarros

El paraje conocido como El Manchón de los Navarros perteneciente al término municipal de Montemayor, se localiza en el Cerro de la Pollera, a unos 11 kilómetros del municipio. Para acceder al Manchón de los Navarros desde el núcleo urbano de Montemayor, hay que dirigirse por la carretera comarcal CP-037 dirección Espejo hasta llegar al cruce con el Camino De Mingo-Hijo, donde se girará hacia la derecha, encontrándolo de frente. El acceso por carretera hasta el inicio de la subida de la pendiente es asequible a cualquier vehículo. Si se quisiera realizar una visita, se recomienda dejar los vehículos abajo y comenzar un recorrido desde el borde Sur del camino. Encontramos este paraje dentro de un entorno de la tipología de Monumento Natural de Carácter Biótico, ya que es un espacio cuya singularidad, valoración social, reconocimiento o interés más patente proviene de sus características biológicas, como árboles centenarios, históricos o monumentales, colonias de aves o zonas de refugio de determinadas especies.

Manchón de los Navarros

Ruta de las fuentes

Esta ruta lineal recorre una distancia de 7,3 kilómetros, con una duración de 2-3 horas aprox. a pie. Su dificultad es baja y es posible realizarla durante todo el año, sobre todo, a pie, a caballo y en bicicleta.

Desarrollo de la ruta:

El itinerario une las localidades de Montemayor y Fernán Núñez, pasando por algunas fuentes de ambos municipios y por fincas, como Valdeconejos o La Zargadilla, donde se han encontrado restos arqueológicos relacionados con la antigua ciudad de Vlia. Al principio rodea el pueblo de Montemayor por el Este, enlazando varias fuentes cuyos nombres y datos se muestran en bellos azulejos: Fuente del Lavadero, Fuente Nueva, del Cañuelo, de La Alameda, del Caño Gordo, del Pozuelo, ésta última ya fuera del pueblo, en dirección Norte, pasado el Cerro de la Horca. A partir del Arroyo del Malvar, las huertas, viñedos y olivares dan paso a extensos campos de cereal. Este camino conecta con la Vereda de Las Ánimas, en el límite del término municipal, a través de la cual se accede a Fernán Núñez, atravesando con anterioridad el Arroyo de la Huertezuela y pasando por la Fuente de los Gitanos hasta la Fuente de los Caños Dorados.

Ruta de las fuentes

Casa grande

Del siglo XVIII, con portada de piedra, amplias galerías, escaleras señorial de mármol, amplias salas y corredores, en cuyas paredes cuelgan algunos cuadros de mérito. Tiene algunas puertas talladas en nogal y cuenta con muebles de época.

Este edificio es de carácter particular y privado, por esta razón solo se puede admirar por fuera, ya que no es visitable.

Casa grande